Los espectáculos

Hopper retrata interiores de cines y teatros oscuros, un tanto ajados y sofocantes, en los que las personas parecen fingir no verse unos a otros. La incomunicación moderna, que de algún modo está presente en toda la obra de Hopper, alcanza en los cuadros que describen los interiores de los lugares de diversión toda su crudeza. Individuos aislados o parejas concentradas en ellas mismas se distancian de sus congéneres, aparentemente absortos en un espectáculo que aún no ha comenzado o que se desarrolla un poco más adentro del local.

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